Durante el desayuno en Cacabelos hablamos con un señor francés que rondará los 80 años y nos comenta que viene andando desde Somport. Lleva alrededor de 40 días andando (ni él lo recuerda con exactitud) y cada día hace entre 20 y 35 km. Esta mañana tiene previsto hacer 25. Buen Camino.
Villafranca del Bierzo, es una población en la que merece la pena pararse un ratito y pasear por sus calles. Creo que llegó a ser capital de la 5ª provincia gallega.
El camino va por una senda paralelo a la carretera y bordeando el río. Estos primeros kilómetros se hacen muy agradables a la sombra de los gigantes castaños.
Pronto empezamos a afrontar la bestial subida a Cebreriro. Para mí la más dura de todo el recorrido, o será por el número de kilómetros acumulados en las piernas. Hasta La Laguna pequeña población en mitad de la sierra, con vacas y caballos por doquier, ya se nota la proximidad con Galicia.
Tuve que andar al menos 2 kilómetros. No podía más.
Llegando a Cebreriro nos hace mucho más viento y comienza a llover levemente. La sensación es de frío. En el puerto del pollo tenemos que volver a hechar pie a tierra, pero allí nos tomamos el bocata y comenzamos el descenso tomando la variante de S. Xil. ¡Sorpresa! Volvemos a ascender unos 300 m de desnivel, pero el paisaje es espectacular, bosques de castaños y robles espesísimos. Si nos hubiera hecho un día de sol hubiese sido muy agradecido. Allí no entra el sol ni de coña.
Ya en el descenso a Sarria por parajes muy bonitos se me sube el gemelo a aproximadamente 3 km de destino. Consigo llegar pedaleando con un sólo pie.
Le pido a Santiago que me ayude en mi peregrinaje y me permita llegar ahora que falta tan poco.
Llevamos 8 etapas, 711 kilómetros y 73 horas.
Paraje paradisíaco
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